Los usuarios que viven de forma autónoma en el propio domicilio -sólo, con otras personas con discapacidad o en el núcleo familiar- pueden recibir apoyos semanales para llevar a cabo con éxito las principales actuaciones de la vida diaria. Se trata de una atención individualizada optimizando los recursos personales y comunitarios que aseguren al máximo la calidad de vida de sus beneficiarios.
El Apoyo al propio Hogar es un servicio de demanda creciente. Actualmente atiende a 32 personas.
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